por José María Jiménez.
Muchos se preguntan que está pasando con nuestra sociedad, porque se perdieron los valores, el respeto y la honorabilidad en las personas, especialmente, en la nueva generación; referente a estos interrogantes que nos hacemos; me atrevo a decir que tenemos que empezar, por llamar las cosas por su nombre. Pero si algo está influyendo en el cambio y transformación de las personas es que no estamos llamando las cosas por su nombre, la sociedad actual está sumida en un conformismo, todos saben lo que está bien y qué está mal, pero callamos por miedo. Si usted encuentra en la calle a una pariente suya y se percata que ella va mostrándolo todo y le llama la atención respetuosamente, de que no está vestida de la mejor manera, esta persona le demanda por acoso, sexual como le llaman a hora.
Antes, en mis tiempos de juventud, esto, era un llamado de atención, y agradecíamos ese gesto, y dábamos las gracias por la observación. Si observamos el hijo del vecino, que tenía malas costumbres y vicios, se le aconsejaba, y sus padres nos agradecían el gesto de aconsejar y orientar a su hijo.
Hoy día no es así. Si usted le dice al vecino que su hijo está en malos pasos o consumiendo vicio de forma inmediata, el vecino reacciona violentamente contra usted y le demanda por falsos testimonios. Eso ha generado, que la gente opte por callar y ser indiferentes ante los hechos; porque así se cura en salud y se evita dolores de cabeza. Esa es la razón por la cual estamos mal, muy mal y cada día peor, hay que comenzar por llamar las cosas por su nombre, sin pelos en la lengua, al ladrón, llamarle ladrón, al corrupto, corrupto, al drogadicto, drogadicto, a los grupos alzados en armas ilegalmente, terroristas, a los que extorsionan y secuestran delincuentes; Dejemos de disfrazar las cosas, y afrontemos como debe ser con personalidad la situación en la cual vivimos. Es hora de despertar y llamar las cosas por su nombre, sin pelos en la lengua.
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